La resiliencia es la capacidad de enfrentarse a las adversidades y superarlas, manteniendo una actitud positiva y aprendiendo de las experiencias difíciles. En los niños, la resiliencia se ha manifiestado cuando, a pesar de enfrentar desafíos como la falta de recursos económicos, elestrés o dificultades académicas, encuentran la fuerza para seguir adelante y esforzarse en sus tareas. Esta fortaleza les ha permitido adaptarse a cambios, reponerse de los fracasos y desarrollar una mentalidad de crecimiento sin estar completamente consciente de ello. Pero consiguiendo ver los errores como oportunidades para aprender.